martes, 25 de agosto de 2009

Dialoguemos (lo que podamos, por toda la vida)

"No quiero"
"Que te la comas"
"NO QUIERO"
"No te paras hasta que te la comas"
"Pues no me paro"

"Tienes que apretar el acelerador antes de la curva y soltarlo cuando entres"
"Pero ya no me gustan las carreras"
"Eres la única niña que corre, ahora ponme atención"
"Pero ya no me gustan las carreras"

"No tienes permiso"
"Papá, van todos menos yo¨
"No me importa, no sales"
"Esta bien, cuando estés viejito, no te voy a dejar hacer lo que quieras tampoco"

"Que crees m'hija, compré el abono para los partidos del Mundial"
"Ay que padre! Me llevas a la inauguración al Azteca?"
"No, es que vamos todos, estan ocupados mis lugares"

"Pá, no me van a dejar presentar el exámen si no pagas la colegiatura"
"Pos no te digo que pague el abono del Mundial? ahorita no puedo"
"Y que hago entonces?"
"Dile a tu mamá, yo no puedo"

"Tu mamá vendió mi coche, mi micrófono de la XEW y mi colección de discos"
"Pues nunca veniste por ellos"
"Si, pero eso que hizo es de nacos"

"Ni una carta, ni una llamada ahora que estoy acá"
"Tampoco tu me mandas nada, la distancia es la misma"

"Me caso"
"No lo hagas, estas muy chica"
"Ya le dije que si, pusimos la fecha para Marzo"
"Pues, yo no sé si vaya a estar en México"

"Vamos a salir corriendo si quieres, tenemos tiempo, no pasa nada"
"Pá, esta la Iglesia llena"
"Que te importa?"
"Ya tenemos que entrar"
"Conste"

"Que gorda estás"
"Ay Papá! Estoy embarazada de gemelos, pues"
"Si, pero nunca había visto a una mujer tan gorda"

"Que horrible vino"
"Pá es Vega Sicilia, de lo mejor, con la suerte de que aquí en Madrid es regalado"
"Asqueroso"

"Quiero ir"
"No hay lugar para ti"
"Pero es cumpleaños de mi abuelita, no manches, le digo a mi Tia Tere que si me quedo en su casa"
"Ella tampoco tiene lugar"


El tiempo todo lo cura. Nos curará a nosotros. Nos perdonaremos. Y pasaremos estos días horribles y los dejaremos atrás. Y a mis ojos, volverás a ser mi heróe, grande, riendote, cocinando, diciendo chistes, buscando música. Aunque ya estés grande y yo no te deje hacer siempre lo que quieres...

miércoles, 12 de agosto de 2009

Mi corazón lo explica mejor...

Me siento cansado. De repente me dan ganas de latir a todo lo que da y de repente solo quiero latir cada dos minutos. Ella no lo sabe pero la siento tensa, triste. No sabe que puedo oir todos sus pensamientos. Lo que me gusta mas de ella es su risa. Cuando cierra los ojos, disfruta de su pensamiento y vividamente, suelta una carcajada o esboza una sonrisa. Cuando termina de correr y busca al señor del puestito de la esquina del Bosque de Tlalpan y pide su chocomilk con canela. Siento lo frio de la bebida cerca de mi por el tracto digestivo. Disfruto mucho eso porque estoy trabajando mucho en ese momento. Siento como corre la sangre a través mío y entra rápido y sale despacio.

Pero ahora, ella no puede latir a todo lo que le gusta. No ha podido sentir esa adrenalina que la levanta, que la hace feliz. Ayer le pusieron un aparatito para monitorearme. La escuché reirse con la enfermera cubana que se lo colocaba y le explicaba. Fingía optimismo, yo la conozco. Como no va a conocer un corazón a su dueño?

Se reía cada vez que se lo enseñaba a alguien. Le dió risa cuando se atoró en la camioneta con el cinturón de seguridad y los cables del aparato. Cuando llegó a su casa, se vió en el espejo. Se levanto la sudadera y vió como lo habían colocado. Tres sensores con parche arriba, dos en medio y uno a un lado, todos con sus cables de colores conectados a una cajita en la cintura. La escuché cuando pensó que sería lindo que los cables fueran rosas y morados.

Se rió un rato en la computadora. Le alegraron la vida y se olvidó un poco de lo que le habian puesto. En la noche, la sentí incomoda. No durmió y yo no pude descansar tampoco.

Hoy en la mañana, se lo quitaron y le dieron los resultados. No es mi culpa. Soy un corazón perfecto.

Como explicarle que aunque me han roto en pedazos siempre me recompongo. Como explicarle que aunque no sea más de lo que le dijeron, ella tiene que subirse el animo. He tratado de latir mas fuerte, a veces mas rapido para que se de cuenta que sigo ahí, que no me ha perdido. Que existo. que lato por ella, que siento su oxigeno entrar y salir, que disfruto de lo que me nutre, que me encanta cuando se toma su tinto, que me agrando cuando ama y cuando la aman, que me hago pequeño cuando se enoja y la dejo actuar, que el cerebro y yo nos llevamos bien aunque no nos comuniquemos seguido. Que le indico cuando alguien dice la verdad y cuando alguien miente. Que sé por que calle irse. Porque lato, porque no la dejo.

Lo bueno es que se ha dado cuenta que estoy entero, que ella pensaba que había perdido parte de mi, que yo había desaparecido. Otros corazones se han alejado de nosotros, pero yo siempre estaré con ella. Para ella es mi latido...