"El silencio del envidioso está lleno de ruidos"
Khalil Gibran
El Farol. No la famosa taquería. No el que alumbra la calle. Es la persona que burdamente se le conoce como blofero. Chorero. Rollero. Al que le acabas por decir "No manches! te caeeee?" porque es absolutamente increíble lo que te cuenta.
Para mi desgracia cuando voy al gimnasio, siempre me topo con ella. Osea casi diario. Y entonces, sin pensarlo ni darme cuenta, ya la tengo en la caminadora de junto, o en la clase de algo. Ha ido un par de veces a mi casa. "Oye, te copié el librerito ese que pusiste en la cocina" "Ay! me encantaron tus tenis? adonde los comprasteee?". Inevitablemente, traerá los tenis en algún momento, lo cual no me molesta, pero me dá risa que ya van los tenis, los pants, el librerito y el viaje. Lo peor no es eso, al final eso es intrascendente. Lo peor es que cuando ella lo platica, lo hace a la inversa. Que ella hace todo y todos la copian. Y las preguntas acerca de cualquier cosa, acaban siendo interrogatorios al que le falta el tehuacanazo. Sacarte el nombre de quién hace ese pastel de chocolate impresionante que llevaste a una cena. El del que te corta el pelo. El nombre exacto y la marca del color de la pared de tu sala. Es "namedropper" y conoce a todo el mundo.
Hoy, que estábamos en la caminadora juntas, se me ocurrió decirle que muero por ir a la India.
"No sabeeeees queee viajeeeee, yo lo hice y de ahí nos fuimos a Hong Kong! Es un super tour" me contesta.
Mi entraña nunca me falla. Sé absolutamente que está mintiendo. Como cuando dijo que sabía esquiar perfectamente porque aprendió cuando estaba en una finishing school en Suiza. Fuimos con otras familias a un viaje, acabó llorando a la mitad de la pista porque no podía bajar y alegó que se había lastimado la rodilla cuando ni siquiera sabía ponerse los esquís. Su respuesta a eso fué que "En Europa se usan unos que se ponen diferente".
Así de mala persona como soy, no pude aguantarme.
"Si? y te fuiste en el ferry de Nueva Delhi a Honk Kong? dicen que es hermoso" le dije sin voltear a verla.
"Ay hermosisimo, y super barato eh? pero lleno de hindúes" me contesta.
"Se les dice indios, hindú es la religión" le recalco con una sonrisota.
"Claro que no, decirles así es racista" me dice muy segura de sí misma y ya sin aire por el ejercicio.
En México, el ser farol es un deporte nacional. La envidia mueve al mundo. Pero aquí es una forma de vida.
"Te hablo para vernos no?"
"Te pago mañana"
"Seguro vamos"
"Claro que viajé ahí y además fui a...."
"Gasté un dineral"
"No sabes lo caro que es, por supuesto compré dos"
"Yo quiero uno igual"
"Claro que yo le enseñé como"
"Siempre le digo lo mismo pero no entiende"
"Fui con Obama y Michelle a cenar, son encantadores"
Dejemos que la envidia nos consuma. Anhelemos lo que tienen los demás. La vida que tienen los de junto. Vamos a preocuparnos solamente por la apariencia. Por vernos impecables, originales, felices, invencibles y exitosos. Aunque por dentro seamos cobardes, apáticos, impersonales, infelices y envidiosos. Vayamos a misa y a los eventos sólo para que nos vean. Para que en el escalafón de la sociedad estemos un peldaño cada vez más arriba. Total, siempre es para arriba y y eso es lo que importa...
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