"I'm tough, I'm ambitious, and I know exactly what I want. I became an overachiever to get approval from the world. If that makes me a bitch, okay." Madonna
Recuerdo cuando Madonna era el escándalo en los 90's. Con su libro "SEX", con sus videos provocadores, con su vestuario y coreografías pasados de tono. Me maravillaba la capacidad que tenìa de sorprender y de reinventarse, siempre pensé que después de ella, no habría nadie más que pudiera tener ese efecto en la gente.
Lady Gaga parece que intenta llenar ese vacío. Digo que lo intenta porque nuestra capacidad de sorpresa ha disminuido. Más que representar a los "rechazados" o "losers" como ella misma lo dice, representa la vorágine de excesos y rapidez con la que vivimos. La cultura de lo desechable. El wannabismo.
Exceso de comida, de información, de gadgets, de relaciones. La tendencia de vivir "oversexed". La sensación de que moriremos pronto y necesitamos probar todo lo que existe. Dejar de ser "naive" para ser "kitsch". De definir a la gente a través de referencias como "DINKs" (double income no kids) o los famosos "NiNis" o "AB" (Adult Brat). Cuando en algo se valoraba la capacidad de observación, ahora se valora la capacidad de ser observado, admirado. Ese juego con el que nuestros hijos han nacido y que nosotros como adultos descubrimos y jugamos a diario. Nunca imaginamos que hubieramos tenido tal capacidad de hacernos escuchar.
Y con las redes sociales estamos pasando de ser aldea global a vecindad virtual. Hemos descifrado que la vida se trata de rapidez de información, lo que dá poder disfrazado de credibilidad. Parafraseando a Frank Herbert: "El que controla la información controla al mundo". Tenemos una necesidad brutal de exponer nuestras ideas, de demostrar quienes somos, que podemos ser diferentes o mejores que los demás. Quizás diciendo que vamos en contra de la corriente aunque no sea lo que realmente pensamos, logremos el respeto que tanto anhelamos. Aún a costa de nuestras creencias y convicciones. Presentándonos siempre en tendencia, siempre cool. Aún a costa de nosotros mismos... Como esos vestidos de Lady Gaga... Indecifrables...
Recuerdo cuando Madonna era el escándalo en los 90's. Con su libro "SEX", con sus videos provocadores, con su vestuario y coreografías pasados de tono. Me maravillaba la capacidad que tenìa de sorprender y de reinventarse, siempre pensé que después de ella, no habría nadie más que pudiera tener ese efecto en la gente.
Lady Gaga parece que intenta llenar ese vacío. Digo que lo intenta porque nuestra capacidad de sorpresa ha disminuido. Más que representar a los "rechazados" o "losers" como ella misma lo dice, representa la vorágine de excesos y rapidez con la que vivimos. La cultura de lo desechable. El wannabismo.
Exceso de comida, de información, de gadgets, de relaciones. La tendencia de vivir "oversexed". La sensación de que moriremos pronto y necesitamos probar todo lo que existe. Dejar de ser "naive" para ser "kitsch". De definir a la gente a través de referencias como "DINKs" (double income no kids) o los famosos "NiNis" o "AB" (Adult Brat). Cuando en algo se valoraba la capacidad de observación, ahora se valora la capacidad de ser observado, admirado. Ese juego con el que nuestros hijos han nacido y que nosotros como adultos descubrimos y jugamos a diario. Nunca imaginamos que hubieramos tenido tal capacidad de hacernos escuchar.
Y con las redes sociales estamos pasando de ser aldea global a vecindad virtual. Hemos descifrado que la vida se trata de rapidez de información, lo que dá poder disfrazado de credibilidad. Parafraseando a Frank Herbert: "El que controla la información controla al mundo". Tenemos una necesidad brutal de exponer nuestras ideas, de demostrar quienes somos, que podemos ser diferentes o mejores que los demás. Quizás diciendo que vamos en contra de la corriente aunque no sea lo que realmente pensamos, logremos el respeto que tanto anhelamos. Aún a costa de nuestras creencias y convicciones. Presentándonos siempre en tendencia, siempre cool. Aún a costa de nosotros mismos... Como esos vestidos de Lady Gaga... Indecifrables...
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