Muchos hoy mismo desearían ser Massimo Tartaglia. Además de tener un nombre románticamente italiano, es un enfermo mental declarado. Pero ahora puede convertirse en rey de internet. 5 grupos se han abierto en Facebook desde sus dos minutos de fama y en uno de ellos tiene 14,000 seguidores. Todo por darle un zorrajazo a Berlusconi en público. La multitud le gritaba al cirujeado presidente "Verguenza, Verguenza!" Y él entonces contestaba que estaban ahí los jóvenes para expresarse, que su gobierno nunca los reprimiría. Menuda libertad de expresión la suya. No sé si para desalentar al resto del público a hacer lo mismo, se le declaró a Massimo "enfermo mental sin antecedentes penales". Lo que sí sé es que a veces un madrazo bien dado sirve de mucho. En público debe doler más. Como cuando tu mamá te pellizcaba en misa para que te estuveras quieta. O los ojos matadores de cuando comprometías a las mamás a dar un permiso enfrente de todo el mundo. Ahora que con cámaras de televisión, debe ser casí como caer en coma y ver tu vida pasar en 10 segundos.
Debe ser horrible también que como figura pública tus exabruptos queden registrados en una red social como Twitter. Aunque corras a borrarlos, alguién más listo (y rápido) que tu le tomó una screen shot y ahí quedó la evidencia para la posteridad. O para las campañas electorales. Aquí ni siquiera se trata de ventanear los actos de corrupción o las cuitas pagadas. Aquí abiertamente alguien escribió "pendejo, no soy tu empleado, soy libre". El problema es cuando ese alguien es un diputado con fuero dirigiéndose a un ciudadano que vota. El problema es un periodista que se dice de izquierda y vive de derecha defina con palabras fuertes a un ciudadano "común" y corra a borrarlo de su timeline. El problema no es que seas mala persona o que las ideas de los demás no vayan con las tuyas. El problema es que son figuras públicas. No que nosotros les paguemos el sueldo, al final si estamos nosotros o no, lo seguirán ganando. El verdadero asunto aquí es que no han pensado que podrían levantar su proyecto y su agenda política a través de este medio. De hecho, están dando armas a todo el mundo para hundirse en las campañas electorales. El problema es que si sus intenciones hacia el país son verdaderamente buenas, aquí las podrían exponer. Pero si nos dicen pendejos desde antes, de verdad lo somos por votar por los que nos insultan y no les importamos. Por no respetar lo que pienso aunque sea diferente a lo que tu piensas. Porque si yo aquí agrediera a cualquier político en público, saldría en primera plana declarada también como enferma mental o como narco. Pero si a mi me agrediera un político (que no ha sido el caso, porque no me he metido, solo he estado de testigo), a mi quién me defiende? saldría en primera plana? tendría el político algún castigo? Por eso mismo, no pongo la palabra en italiano. Usen google translator pues...
A mi modo de ver, una cosa es la derecha y la izquierda y otra como seguramente diría Massimo: la destra y la "sinestra"....
No hay comentarios:
Publicar un comentario