Ya se me acabó el año. Y a la hora del balance, por más que me quiera tirar al piso para decir que el año fué pésimo y de andar de martir por la vida, descubro que ha sido uno de los mejores años que he tenido. Conocí gente impresionante, que me ha enseñado muchísimo, que además me ha hecho reir a carcajadas y sentirme amada por completo. He reinventado lo que el concepto de amistad significa para mi, a lo mejor digo reinventar porque no lo conocía en todas sus facetas. Así igual, reconozco el sentimiento de amor incondicional, de confidencia y de el saber estar.
Me han dedicado cuentos, canciones, me han mandado flores, me han compartido lágrimas y han enjugado las mías, me han regalado sonrisas y carcajadas. Jugamos, nos vemos y nos apapachamos diario. Me han dado esperanza. Me han hecho verme a través de sus ojos y me ha gustado lo que veo. Me han enseñado que no importa adonde estés, siempre estamos cerca. Que ahora en realidad, las distancias no importan, que nos vamos guardando miles abrazos para cuando nos veamos. Que cuando a alguien le pasa algo, ahí estamos sus 400 amigos para confortarlo. Que somos amigos más cumplidos con los demás que si no tuvieramos tanta tecnología. Que estamos al alcance de un click. Que somos testigos activos en las vidas de los que queremos y se han hecho amigos entrañables.
Y que conocernos en persona es maravilloso. Y que solamente por eso, ha sido uno de los mejores años de mi vida. Porque de repente descubrí que parece que la soledad es en realidad, un botón de apagado. Les deseo el mejor de los años, los mejores éxitos, las mayores bendiciones, con todo el amor y la salud, el habernos cruzado por esta vía cibernética y lograr pasar a la vida real con la misma calidez y amor con que nos tratamos diario. Y también, gracias por saber estar... Feliz 2010!
miércoles, 23 de diciembre de 2009
lunes, 21 de diciembre de 2009
La segunda vuelta...
"Por 20 votos a favor y 10 en contra, Alicia Alarcón es declarada presidenta de la sociedad de vecinos por un período de 4 años". Laura con toda esa circunstancia que la precede siempre, me declara ganadora de la votación.
Me retraigo en mi asiento. A mi no me interesa ser presidenta de nada. Yo nunca pago puntualmente el mantenimiento, alego que las plantas de la entrada de la privada me chocan porque tienen puntas afiladas y el feng shui dice que deben ser redondas para que fluya la energía. Las vecinas me odian y me ven con envidia. Y yo las odio. Me choca que nunca guarden sus coches en los estacionamientos y que siempre los dejen en la calle. Semejantes casotas para que no usen sus lugares adentro. Y el gato de la vecina se come mis hortensias. Y decoran en Navidad toda la calle como si fuera Disney. Y la gorda de la casa 21 me ve echa miradas matadoras cuando regreso a mi casa de correr y me dá miedo a veces que me brinque encima y me ataque para comerme. Pero Laura insistió porque nada más eran 2 candidatos. Y los estatutos de la sociedad dicen que tienen que ser 3. Y que no hay reelección hasta que pase un periodo. Y que me tocaba. Y que no iba a pasar nada porque no le caigo bien a todo el mundo.
Me levanto de la silla y suelto la bomba: "Les agradezco muchisimo el que hayan votado por mi, pero soy incapaz de llevar las cuentas correctamente, no sé cobrarle a las personas, no tengo don de mando con los policias y con los jardineros, y les aseguro que conmigo, la sociedad de vecinos se iría al colapso. Asi que les pido encarecidamente hagan otra votación para escoger al presidente"
Ante los ojos de horror del resto de la concurrencia, echo la más inocente de mis sonrisas y me vuelvo a sentar. Supongo que me querían algunos de presidenta para fastidiarme la vida o para odiarme con razones valídas. No se les hizo, andele.
Laura se levanta y dice "Ante esta situación inesperada propongo una segunda vuelta de votación para mañana". Ahí terminó mi brevísimo mandato. Aliviada, me despido de los despedibles y camino hacia mi casa. Me quedo pensando en lo que sucedió. Muchas personas serían felices con un reconocimiento que los haga diferentes. Pero yo usé la teoría de juegos inversa. Causé caos en un pequeño sistema que funciona perfectamente.
Se me cruzan los temas entonces cuando leo el artículo de Jorge Buendia*. ¿Que pasaría si aprueban la segunda vuelta electoral? ¿Y si el PRI consigue la mayoría en esa segunda vuelta? ¿Y si el PRD (Dios me oiga) pierde el registro? ¿Y si Juanito consigue registro? ¿Y si el PAN queda como segunda fuerza otra vez, sin mayoría para negociar nada? Es más... ¿Y si el PRI gana todo? ¿Con Juanito como oposición?
Ante estas interrogantes que me dan entre risa y miedo, me fui a dormir con la tranquilidad de que no me iba a llevar el carro completo. En que entendieron que no me interesaba tener nada que ver con la administración del lugar adonde vivo. Que yo sólo vivo ahí. No administro. No me interesa manejar ninguna cuenta ni a ningún chalán, ni tener el registro de quién entra ni quien sale, ni que plantas pondría, ni....ay... me dió el síndrome Juanito, no me decido, se me fué al enchilada! Agarro el teléfono y marco. "Laura?" Ni hablar, aprovecharemos la segunda vuelta y convenceremos a los indecisos...
*http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/42024.html
Me retraigo en mi asiento. A mi no me interesa ser presidenta de nada. Yo nunca pago puntualmente el mantenimiento, alego que las plantas de la entrada de la privada me chocan porque tienen puntas afiladas y el feng shui dice que deben ser redondas para que fluya la energía. Las vecinas me odian y me ven con envidia. Y yo las odio. Me choca que nunca guarden sus coches en los estacionamientos y que siempre los dejen en la calle. Semejantes casotas para que no usen sus lugares adentro. Y el gato de la vecina se come mis hortensias. Y decoran en Navidad toda la calle como si fuera Disney. Y la gorda de la casa 21 me ve echa miradas matadoras cuando regreso a mi casa de correr y me dá miedo a veces que me brinque encima y me ataque para comerme. Pero Laura insistió porque nada más eran 2 candidatos. Y los estatutos de la sociedad dicen que tienen que ser 3. Y que no hay reelección hasta que pase un periodo. Y que me tocaba. Y que no iba a pasar nada porque no le caigo bien a todo el mundo.
Me levanto de la silla y suelto la bomba: "Les agradezco muchisimo el que hayan votado por mi, pero soy incapaz de llevar las cuentas correctamente, no sé cobrarle a las personas, no tengo don de mando con los policias y con los jardineros, y les aseguro que conmigo, la sociedad de vecinos se iría al colapso. Asi que les pido encarecidamente hagan otra votación para escoger al presidente"
Ante los ojos de horror del resto de la concurrencia, echo la más inocente de mis sonrisas y me vuelvo a sentar. Supongo que me querían algunos de presidenta para fastidiarme la vida o para odiarme con razones valídas. No se les hizo, andele.
Laura se levanta y dice "Ante esta situación inesperada propongo una segunda vuelta de votación para mañana". Ahí terminó mi brevísimo mandato. Aliviada, me despido de los despedibles y camino hacia mi casa. Me quedo pensando en lo que sucedió. Muchas personas serían felices con un reconocimiento que los haga diferentes. Pero yo usé la teoría de juegos inversa. Causé caos en un pequeño sistema que funciona perfectamente.
Se me cruzan los temas entonces cuando leo el artículo de Jorge Buendia*. ¿Que pasaría si aprueban la segunda vuelta electoral? ¿Y si el PRI consigue la mayoría en esa segunda vuelta? ¿Y si el PRD (Dios me oiga) pierde el registro? ¿Y si Juanito consigue registro? ¿Y si el PAN queda como segunda fuerza otra vez, sin mayoría para negociar nada? Es más... ¿Y si el PRI gana todo? ¿Con Juanito como oposición?
Ante estas interrogantes que me dan entre risa y miedo, me fui a dormir con la tranquilidad de que no me iba a llevar el carro completo. En que entendieron que no me interesaba tener nada que ver con la administración del lugar adonde vivo. Que yo sólo vivo ahí. No administro. No me interesa manejar ninguna cuenta ni a ningún chalán, ni tener el registro de quién entra ni quien sale, ni que plantas pondría, ni....ay... me dió el síndrome Juanito, no me decido, se me fué al enchilada! Agarro el teléfono y marco. "Laura?" Ni hablar, aprovecharemos la segunda vuelta y convenceremos a los indecisos...
*http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/42024.html
martes, 15 de diciembre de 2009
Vergüenza en italiano...
Muchos hoy mismo desearían ser Massimo Tartaglia. Además de tener un nombre románticamente italiano, es un enfermo mental declarado. Pero ahora puede convertirse en rey de internet. 5 grupos se han abierto en Facebook desde sus dos minutos de fama y en uno de ellos tiene 14,000 seguidores. Todo por darle un zorrajazo a Berlusconi en público. La multitud le gritaba al cirujeado presidente "Verguenza, Verguenza!" Y él entonces contestaba que estaban ahí los jóvenes para expresarse, que su gobierno nunca los reprimiría. Menuda libertad de expresión la suya. No sé si para desalentar al resto del público a hacer lo mismo, se le declaró a Massimo "enfermo mental sin antecedentes penales". Lo que sí sé es que a veces un madrazo bien dado sirve de mucho. En público debe doler más. Como cuando tu mamá te pellizcaba en misa para que te estuveras quieta. O los ojos matadores de cuando comprometías a las mamás a dar un permiso enfrente de todo el mundo. Ahora que con cámaras de televisión, debe ser casí como caer en coma y ver tu vida pasar en 10 segundos.
Debe ser horrible también que como figura pública tus exabruptos queden registrados en una red social como Twitter. Aunque corras a borrarlos, alguién más listo (y rápido) que tu le tomó una screen shot y ahí quedó la evidencia para la posteridad. O para las campañas electorales. Aquí ni siquiera se trata de ventanear los actos de corrupción o las cuitas pagadas. Aquí abiertamente alguien escribió "pendejo, no soy tu empleado, soy libre". El problema es cuando ese alguien es un diputado con fuero dirigiéndose a un ciudadano que vota. El problema es un periodista que se dice de izquierda y vive de derecha defina con palabras fuertes a un ciudadano "común" y corra a borrarlo de su timeline. El problema no es que seas mala persona o que las ideas de los demás no vayan con las tuyas. El problema es que son figuras públicas. No que nosotros les paguemos el sueldo, al final si estamos nosotros o no, lo seguirán ganando. El verdadero asunto aquí es que no han pensado que podrían levantar su proyecto y su agenda política a través de este medio. De hecho, están dando armas a todo el mundo para hundirse en las campañas electorales. El problema es que si sus intenciones hacia el país son verdaderamente buenas, aquí las podrían exponer. Pero si nos dicen pendejos desde antes, de verdad lo somos por votar por los que nos insultan y no les importamos. Por no respetar lo que pienso aunque sea diferente a lo que tu piensas. Porque si yo aquí agrediera a cualquier político en público, saldría en primera plana declarada también como enferma mental o como narco. Pero si a mi me agrediera un político (que no ha sido el caso, porque no me he metido, solo he estado de testigo), a mi quién me defiende? saldría en primera plana? tendría el político algún castigo? Por eso mismo, no pongo la palabra en italiano. Usen google translator pues...
A mi modo de ver, una cosa es la derecha y la izquierda y otra como seguramente diría Massimo: la destra y la "sinestra"....
Debe ser horrible también que como figura pública tus exabruptos queden registrados en una red social como Twitter. Aunque corras a borrarlos, alguién más listo (y rápido) que tu le tomó una screen shot y ahí quedó la evidencia para la posteridad. O para las campañas electorales. Aquí ni siquiera se trata de ventanear los actos de corrupción o las cuitas pagadas. Aquí abiertamente alguien escribió "pendejo, no soy tu empleado, soy libre". El problema es cuando ese alguien es un diputado con fuero dirigiéndose a un ciudadano que vota. El problema es un periodista que se dice de izquierda y vive de derecha defina con palabras fuertes a un ciudadano "común" y corra a borrarlo de su timeline. El problema no es que seas mala persona o que las ideas de los demás no vayan con las tuyas. El problema es que son figuras públicas. No que nosotros les paguemos el sueldo, al final si estamos nosotros o no, lo seguirán ganando. El verdadero asunto aquí es que no han pensado que podrían levantar su proyecto y su agenda política a través de este medio. De hecho, están dando armas a todo el mundo para hundirse en las campañas electorales. El problema es que si sus intenciones hacia el país son verdaderamente buenas, aquí las podrían exponer. Pero si nos dicen pendejos desde antes, de verdad lo somos por votar por los que nos insultan y no les importamos. Por no respetar lo que pienso aunque sea diferente a lo que tu piensas. Porque si yo aquí agrediera a cualquier político en público, saldría en primera plana declarada también como enferma mental o como narco. Pero si a mi me agrediera un político (que no ha sido el caso, porque no me he metido, solo he estado de testigo), a mi quién me defiende? saldría en primera plana? tendría el político algún castigo? Por eso mismo, no pongo la palabra en italiano. Usen google translator pues...
A mi modo de ver, una cosa es la derecha y la izquierda y otra como seguramente diría Massimo: la destra y la "sinestra"....
martes, 8 de diciembre de 2009
De verdad... Es Diciembre ya?
De verdad que no soy malintencionada, pero odio a la gente que ama la Navidad. La celebración se me hace tan cursi, tan falsa y tan sin sentido que hasta preferiría adoptar el rollo de Thanksgiving porque lo siento mas honesto. Pero si debo decir que soy una entusiasta del maratón Guadalupe-Reyes. De chiquita me encantaba, lo acepto, pero ya más grande sólo sentía que era una fecha cualquiera adonde mi familia (o adonde rebotábamos para cenar) la agarraba de pretexto para hacerte sentir que te hacían el favor de que te sentaras en la mesa. Los regalos de mis primos siempre eran mucho mejores que los míos. Siempre fui la oveja negra y no era precisamente muy bien recibida en ninguna casa, así que los únicos que me consentían eran mis abuelos y cuando la edad de la desilusión me llegó ya se habían muerto los dos. Cabe aclarar que era la oveja negra porque hasta el día de hoy, mis tios piensan que YO enseñé a fumar a mis primos, YO les enseñé a robarse el coche, YO les decía que llegaramos tarde de la bailada, es más, YO les dije que nos fueramos de pinta a Teques, pero" casualmente" no fui, cuando en realidad, fueron ellos los que me enseñaron todo eso a mi. Ahora por más amor que me tengan (y me costó trabajo recuperar) porque ya vieron que si soy linda y buena persona, no me creen nada.
Cuando nacieron mis hijas, recobré el sentido de ser feliz en la Navidad. Me esmeraba muchísimo en arreglar la casa, en los regalos para todo el mundo, en hacer bacalao para la cena. Cuando vivíamos en Madrid, la primera Navidad conseguí un árbol con luces decorado de IKEA en media hora, ante la impresión de mi suegra (lo cual me hizo muy feliz) que maravillada decía "M'ija, que bárbara, que buena eres para estas cosas". Salíamos a caminar y a oir los villancicos y a comer castañas asadas, a buscar los dulces a granel en el súper. Pero los niños crecen y la verdad, la ilusión de los papás disminuye.
Hace un año, puse el árbol por ahí del 15 de diciembre. Y de hecho, namás puse las luces. Odio poner las luces porque sé que las tengo que quitar en un mes. Bueno, hubo algún árbol que se quedó hasta fines de febrero.
Este año, con toda la premura que nos meten las tiendas, como Navidad en Noviembre, me hice la promesa de tener unas fiestas como las que tenía chiquita. Y más porque mi hijo el más chico perdió la ilusión de Santa por unos grandulones chismosos.
"Má, no me mientas más por favor, sé que Santa son los papás" me dijo.
"Ay como crees? qué amargado te dijo eso?" le contesté como en damage control mode.
"Me has mentido nueve navidades seguidas, ya no lo hagas más, me merezco la verdad" me replicó con esas palabras que le salen de no sé donde y las heredó de no se quién.
Ante este episodio de mini Marga López, decidí que la Navidad sería como me acordaba que debía ser.
El Domingo en la mañana, nos aplicamos para ir a comprar el árbol. Jorgito y yo caminabamos por un lado mientras mis hijas y mi marido caminaban por el otro. Cuando lo ví, he de confesar que supe que ése era. Atado aún, entre varios más. Tuvimos que mover los de adelante para sacarlo. Había tanta gente que el niño y yo decidimos cargarlo solos. Había más gente en la fila asi que usé los servicios de mi officeboy personal y lo dejé formado para pagarlo mientras yo lo llevaba a que le pusieran la base. Era tal mi desesperación (y mi alergia) que ni pedí que lo desataran, sólo que le clavaran la base y así me lo subieran al coche.
Despúes de ponerle luces y decorarlo, el árbol se veía lindo en mi sala. Arreglitos por todos lados, luces en el jardín, esferas rojas enormes en la fuente, olor a manzana y canela, etc etc. Pero no conseguía ser feliz. Ya horneé lo que tenía que hornear. Ya están los regalos listos. Ya está la casa decorada a modo de mi humilde visión navideña. No encontraba el porqué no estaba sintiendo la fiesta. Digo, mi pá ya no está, pero tampoco era como que pasábamos todas las navidades juntos. Cada vez que entraba a mi casa, me venía como una cosa de insatisfacción. Hoy en la mañana mi vecina me invito a su Winterwonderland personal y me impresionó hasta el más mínimo detalle, por ahí me dijeron que su casa no era apta para corazones débiles (gracias B). Salí con una sensación peor de como la tenía. Seguía pensando que porqué si todo el mundo estaba emocionado y decoraba y regalaba y hacía planes de fiestas, cenas y comidas y yo nada más quiero pegarme a los planes y sigo recibiendo regalos pero no me siento emocionada.
Hace rato dí con la respuesta. La Navidad está vacía. Los abrazos son vacíos. Los regalos son a fuerzas. Ok, con sus excepciones. Las fiestas son competencia de a ver a quien le quedó mejor. Recibes gente que no ves en todo el año y nada más se aparece porque dicho sea de paso, les darás un super regalo como todos los años y cenarán en mi casa como en el mejor restaurante. Este año, en lugar de unas excelentes botellas de vino, decidí darles galletas como ellos hacen conmigo. Las personas que somos creyentes celebramos y agradecemos todos los días. Las personas como yo, juntamos a nuestra familia todos los domingos para compartir. Regalamos sin razón, "porque lo ví y me encantó para tí". Nos felicitamos por los logros que se tengan y nos consolamos cuando andamos down. Cuando nos saludamos nos damos un gran abrazo y cuando nos despedimos decimos "que te vaya bien, cuidate mucho" desde el fondo del corazón. No necesito una celebración en especial para acordarme de nadie. No necesito decorar mi casa para competir con el resto de los vecinos. No necesito la Navidad para acordarme de lo verdaderamente importante.
Sin embargo, para decir algo en mi defensa que no moleste a los proNavideños, mi cartita incluye cosas muy importantes y trascendentes como una Mac Pro y un viaje a Madrid. Quién quita y pega y me lo dejan debajo del árbol el 25...
Cuando nacieron mis hijas, recobré el sentido de ser feliz en la Navidad. Me esmeraba muchísimo en arreglar la casa, en los regalos para todo el mundo, en hacer bacalao para la cena. Cuando vivíamos en Madrid, la primera Navidad conseguí un árbol con luces decorado de IKEA en media hora, ante la impresión de mi suegra (lo cual me hizo muy feliz) que maravillada decía "M'ija, que bárbara, que buena eres para estas cosas". Salíamos a caminar y a oir los villancicos y a comer castañas asadas, a buscar los dulces a granel en el súper. Pero los niños crecen y la verdad, la ilusión de los papás disminuye.
Hace un año, puse el árbol por ahí del 15 de diciembre. Y de hecho, namás puse las luces. Odio poner las luces porque sé que las tengo que quitar en un mes. Bueno, hubo algún árbol que se quedó hasta fines de febrero.
Este año, con toda la premura que nos meten las tiendas, como Navidad en Noviembre, me hice la promesa de tener unas fiestas como las que tenía chiquita. Y más porque mi hijo el más chico perdió la ilusión de Santa por unos grandulones chismosos.
"Má, no me mientas más por favor, sé que Santa son los papás" me dijo.
"Ay como crees? qué amargado te dijo eso?" le contesté como en damage control mode.
"Me has mentido nueve navidades seguidas, ya no lo hagas más, me merezco la verdad" me replicó con esas palabras que le salen de no sé donde y las heredó de no se quién.
Ante este episodio de mini Marga López, decidí que la Navidad sería como me acordaba que debía ser.
El Domingo en la mañana, nos aplicamos para ir a comprar el árbol. Jorgito y yo caminabamos por un lado mientras mis hijas y mi marido caminaban por el otro. Cuando lo ví, he de confesar que supe que ése era. Atado aún, entre varios más. Tuvimos que mover los de adelante para sacarlo. Había tanta gente que el niño y yo decidimos cargarlo solos. Había más gente en la fila asi que usé los servicios de mi officeboy personal y lo dejé formado para pagarlo mientras yo lo llevaba a que le pusieran la base. Era tal mi desesperación (y mi alergia) que ni pedí que lo desataran, sólo que le clavaran la base y así me lo subieran al coche.
Despúes de ponerle luces y decorarlo, el árbol se veía lindo en mi sala. Arreglitos por todos lados, luces en el jardín, esferas rojas enormes en la fuente, olor a manzana y canela, etc etc. Pero no conseguía ser feliz. Ya horneé lo que tenía que hornear. Ya están los regalos listos. Ya está la casa decorada a modo de mi humilde visión navideña. No encontraba el porqué no estaba sintiendo la fiesta. Digo, mi pá ya no está, pero tampoco era como que pasábamos todas las navidades juntos. Cada vez que entraba a mi casa, me venía como una cosa de insatisfacción. Hoy en la mañana mi vecina me invito a su Winterwonderland personal y me impresionó hasta el más mínimo detalle, por ahí me dijeron que su casa no era apta para corazones débiles (gracias B). Salí con una sensación peor de como la tenía. Seguía pensando que porqué si todo el mundo estaba emocionado y decoraba y regalaba y hacía planes de fiestas, cenas y comidas y yo nada más quiero pegarme a los planes y sigo recibiendo regalos pero no me siento emocionada.
Hace rato dí con la respuesta. La Navidad está vacía. Los abrazos son vacíos. Los regalos son a fuerzas. Ok, con sus excepciones. Las fiestas son competencia de a ver a quien le quedó mejor. Recibes gente que no ves en todo el año y nada más se aparece porque dicho sea de paso, les darás un super regalo como todos los años y cenarán en mi casa como en el mejor restaurante. Este año, en lugar de unas excelentes botellas de vino, decidí darles galletas como ellos hacen conmigo. Las personas que somos creyentes celebramos y agradecemos todos los días. Las personas como yo, juntamos a nuestra familia todos los domingos para compartir. Regalamos sin razón, "porque lo ví y me encantó para tí". Nos felicitamos por los logros que se tengan y nos consolamos cuando andamos down. Cuando nos saludamos nos damos un gran abrazo y cuando nos despedimos decimos "que te vaya bien, cuidate mucho" desde el fondo del corazón. No necesito una celebración en especial para acordarme de nadie. No necesito decorar mi casa para competir con el resto de los vecinos. No necesito la Navidad para acordarme de lo verdaderamente importante.
Sin embargo, para decir algo en mi defensa que no moleste a los proNavideños, mi cartita incluye cosas muy importantes y trascendentes como una Mac Pro y un viaje a Madrid. Quién quita y pega y me lo dejan debajo del árbol el 25...
sábado, 5 de diciembre de 2009
Reflexiones sobre el Teletón...
Desde que empezó, yo he donado al Teletón, como una forma de enseñanza a mis hijos, como una manera de ser solidario. No por el ojo lloroso que me da todo el tiempo que lo veo, sino porque siempre he creido que es lo más funcional que tenemos y lo único que nos une como sociedad civil en el país. Porque aparte de las tragedias naturales, solo nos une el resto del año la indiferencia que tenemos unos por otros. Porque en 13 años han construido 16 centros de rehabilitacion, 2 clinicas especializadas y una universidad. Y este año sólo con 35 millones de dólares, que sirven para mantener su sistema, además construirán dos CRIT más y de paso no nada más ayudan a niños con discapacidad sino también a los chavos con cáncer. El presupuesto del Gobierno Federal para los niños con discapacidad "subió" de 2400 millones a 2700 en un año. No lo dije yo. Lo dijo Calderón en su participación en el Teletón. Eso me dice que el Gobierno sigue derrochando una cantidad de dinero impresionante en salud y para mi no está claro adonde están los resultados. Cuanto gastan el IMSS el ISSSTE y la Secretaría de Salud al año? Adonde está la transparencia?. Una fundación como Teletón es capaz de hacer más en un año con los recursos que tiene a comparación del Gobierno. Dicho aparte, esta campaña de antiTeletón verdaderamente me enferma. Empresas como Televisa tienen mil maneras más de evadir impuestos o salir ganones. Nadie habla de las ganancias millonarias por los telejuegos, el Playcity o los realitys adonde hablas y te cobran por tu voto, para mi, eso es donación tambien no?. De hecho Televisa tiene su propia fundación que podría servir para impuestos. Pero no como defensa hacia la empresa, para el Teletón se mocha con donativos en especie, y de verdad, seria muy estúpido pensar que con los miles de millones de dólares que le entran solamente con el Teletón puedan servir para una gran evasión. Además si las otras empresas como Banamex, WalMart o whatever evaden impuestos, entonces el sistema sigue sin funcionar, porque hay empresas enormes que pagan $149 pesos al año, entonces, el problema no es el Teletón. Las grandes corporaciones lo han hecho toda la vida y si hay que detenerse a reflexionar porque el problema no sólo es la recaudación sino el gasto excesivo e improductivo del Gobierno, la falta de sensibilidad ey transparencia en el gasto público. Pero también has "patrocinado" políticos como AMLO toda la vida. Es de todos conocido de donde saca lana, pero ni las personas que están con él se atreven a repetirlo. Sobornos, contrabando, narco, aportaciones de sindicatos corruptos, canonjías con constructoras, diezmos de trabajadores, etc. etc. En la propuesta del Gobierno Federal acerca de la reelección de legisladores y de reducción de cúrules, la mayoría de los partidos estuvieron de acuerdo, pero Alejandro Encinas salió a la palestra para decir que no lo estaba porque no todos los sectores tendrían entonces "repre$$$entación". Ya se nos olvidó que cuando se acercaban las elecciones presidenciales, en el DF nos subieron el predial de una manera exhorbitante. A muchos de los que vivíamos en San Angel durante la construcción del segundo piso, nos llegaban recibos de luz estratosféricos de todos los diablitos que pusieron los de INDI. Nos lo reembolsaron un año despúes (directo en la Tesorería by the way) pero de que pasó, pasó. La deuda del DF es hoy varias veces más alta que cuando gobernó Cárdenas la ciudad. Ebrard hace obra visible para lucimiento personal. Pero extrañamente, no hay transparencia sobre el gasto desde AMLO, no hubo apenas un escándalo por el faltante de 300 millones de pesos?. El DF es la caja chica de políticos corruptos y nadie dice nada., porque lo disfrazan de universidades que tienen 100 alumnos, ayuda a tercera edad y a sectores especiales para estar permanentemente en campaña, pero los temas también importantes como la delincuencia organizada, mafias, manifestaciones, plantones, agua contaminada, malas vías de comunicación todavía existen y están en aumento porque parece que no hay recursos para trabajar en ellos. El Teletón publica sus balances. Si el Teletón está haciendo todo lo que el Gobierno no hace para segmentos específicos de población, QUE MAS TE DA? que es como una telenovela de 24 horas? Si. Y??? Tu que haces por ayudar a los demás? Quejarte?
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